jueves, 21 de abril de 2011

Pensamientos sobre la evolución de las especies

No siento nada en mí que me acerque al simio. Cuando miro mis manos veo las escamas del reptil, incluso las escatas de los peces. Me reconozco en la ancianidad flexible que observo en el cuello de la tortuga y en cómo se repliega en su caparazón. Puedo percibir el calor que absorbe la lagartija sobre la piedra ardiente, comparto su quietud y la rapidez de relámpago con la que desaparece en alguna grieta de tiempo.
Soy su hermana. Como ella salí del mar y me sigo arrastrando porque mis pies todavía son de barro.

1 comentario:

  1. Qué sincrético todo... Al fin y al cabo es normal remitirnos a todo tipo de animales. Las fábulas dan buena cuenta de ello, ¿o?

    ¿Por qué son de barro todavía? ;)

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